Sólo había corrido esa distancia una vez que realicé otra carrera idéntica en mi pueblo, pero con 17 años, así que no me costó mucho, y ahora, ya con 30, me parecía demasiado. Debido a eso me marque como único objetivo acabar la carrera en menos de 2 horas y a ser posible sin sufrir demasiado, jeje. Así que comencé a prepararme un mes antes de la carrera para conseguirlo.
Al final, después de ese mes de entrenamiento, llegó el gran día. Unos 10 días antes intenté realizar los 21 Km pero me quedé en los 20 y con mucho esfuerzo, por lo que estuve todo el día muy nervioso pensando de que no iba a aguantar. ¡Me sentía como si fuera a jugar la final del mundial!. Pero una vez allí, ya con el dorsal, vestido, calentando con toda la gente mientras esperábamos el momento de la salida, ahí ya, todos los nervios desaparecieron con el gran ambiente que había.
Una vez que empezó la carrera todo fue muy cómodo, caía un poco de lluvia, o como digo yo simplemente era un calabobos, lo justo para estar fresco y que nos acompañó casi toda la carrera. La prueba fue genial, mejor de lo que pensaba, vas corriendo ahí con toda la gente y no estás tan atento al tiempo o distancia que has hecho o te queda como habitualmente cuando entrenas sólo. Además de los avituallamientos que, excepto al principio porque eramos mucha gente apelotonada y no nos daba para cogerlo, en los momentos clave estaban bien preparados. Las sensaciones fueron buenas y hasta el último km no noté ninguna molestia, por lo que al final llegué a la meta mucho antes de lo que pensaba y lo acabé en 1:49:05.
Y de aquí a descansar un poco y a prepararse y a ver si mejoramos el tiempo en marzo en la media maratón de Santander.
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