miércoles, 12 de diciembre de 2012

BRUSELAS

Pasé, junto a mis amigos, sólo un día completo en la capital de europa, pero fue una visita muy completa. Todo empezó nada más llegar a la ciudad por la noche, caminando por las calles empedradas dirección al hotel (Hotel Galia), donde ya íbamos viendo en las fachadas de algunos edificios los diferentes murales de los más famosos cómics belgas y franceses. Al día siguiente nos encontraríamos más ya que Bélgica es la cuna del cómic, como Asterix, Lucky Luke, Spirou... y cómo no, Tintin, del que se podía ver anuncios y hasta una escultura gigante e iluminada desde la estación de tren, debido a que 2 días antes se realizó allí el estreno mundial de la película "Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio".
Murales de Tintín y de Boule et Bill
Por la mañana, nada más comenzar el tour por la ciudad ya nos llevamos la primera sorpresa. En la plaza que había a la puerta del hotel, se había montado un mercadillo de antigüedades en el que podíamos encontrar cualquier cosa, desde teléfonos antiguos, muebles y objetos de decoración hasta cualquier artilugio que nos recordaba al paleolítico como disquetes flexibles o cintas de cassete. Una vez volví a casa ví que es un mercado famoso, como el rastro de Madrid, conocido como el rastro de los Marolles.
Antiguas cámaras de fotos que vendían en un puesto del mercado
Después de estar un buen rato curioseando por el mercado, nos pusimos en marcha, cogimos el metro, y nos fuimos al norte de la ciudad, concretamente a la zona Heysel. Allí es donde se encuentra el atomium, ese edificio extraño y modernista que se construyó para la organización de la expo'58. Junto a ello fuimos a ver el parque mini-Europa, donde puedes hacer un rápido recorrido para conocer algunos de los edificios más famosos de los diferentes países del viejo continente. Son réplicas construidas a escala 1/25. P.ej, de España nos podíamos encontrar la catedral de Santiago de Compostela, el Escorial... junto a la torre Eiffel, el Big Ben, el muro de Berlín entre muchos otros. Ya que estábamos ahí, vimos que justo al lado se encuentra el estadio de Heysel que es famoso por "la tragedia de Heysel" que ocurrió en los prolegómenos de la final de la copa de Europa del 85 entre el Liverpool y la Juventus, en donde debido a una avalancha de los aficionados murieron 39 personas y más de 600 resultaron heridas.
Miniatura del Partenón de Atenas con el Atomium al fondo
Después ya volvimos a coger el metro y nos acercamos al barrio europeo a ver las sedes del Parlamento europeo junto a estas ir a comer tranquilamente de "picnic" al parque cincuentenario, que alberga al arco del triunfo que conmemora el 50 aniversario de la independencia del país y que al verla recuerda a la puerta de Brandeburgo de Berlín. Este palacio alberga actualmente 3 museos: el museo de Historia Militar, el Museo del Cincuentenario y Autoworld, una gran exposición de coches de todas las épocas.
Arco del triunfo del parque cincuentenario
Una vez que teníamos las pilas cargadas, cogimos el tranvía y nos acercamos al centro e hicimos un recorrido para callejear y ver todos los monumentos y edificios históricos que aquí se concentran. Para hacerlo más rápido para no perder tiempo y más fácil, nos ayudamos de un pequeño mapa de todo el centro con los monumentos más importantes marcados en él.
 Así que empezamos acercándonos a ver el palacio real y alrededores, donde hay varios museos importantes de Bellas artes, y la iglesia de St. Jaques Sur Coundenberg con la estatua de Godofredo de Bouillon, soldado que luchó en las cruzadas. En él se encuentran instaladas las oficinas de los reyes, algunos ministerios, salas de reuniones oficiales y habitaciones para los jefes de estado invitados. Desde 1831 el palacio no es la residencia real, sino que los reyes viven en el Palacio de Laeken, en las afueras de Bruselas. De ahí nos fuimos a ver la Catedral de Saint-Michel et Sainte-Gudule, de estilo gótico, y ya por fín llegamos a la Grand place, que es el corazón de Bruselas, donde se concentran los edificios antiguos más interesantes y hermosos como el ayuntamiento con su torre de 96 metros y, la Maison du Roi, y la diferentes casas gremiales de la edad media que ahora en su mayoría son diferentes museos. La plaza está declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Hôtel de Ville y Maison du Roi, ambas en la Grand Place.
Después de estar un rato en medio de la plaza, y observarla con calma, empezamos a callejear por los alrededores de la plaza buscando otros monumenos como la estatua de de bronce Everad Serclaes, ejecutado en el s. XIV mientras defendía la ciudad, que se encuentra junto al ayuntamiento y se dice que da buena suerte tocar su brazo. Continuamos y encontramos el famoso Manneken Pis, uno de los símbolos más representativos, aunque su tamaño decepciona ya que sólo mide 50 cm. Es curioso que una estatua tan pequeña tenga tanto significado para una ciudad  como Bruselas, se dice que fueron muchas las ocasiones en las que diferentes ejércitos intentaron robarla, hasta que un ex convicto logró hacerse con ella. Los habitantes de Bruselas quedaron consternados hasta que, en el año 1619, se colocó una copia en el mismo lugar y se ha mantenido allí hasta nuestros días. Hay muchas leyendas sobre el origen de la estatua como la de que el niño orinó sobre una mecha encendida salvando así la ciudad de un incendio. Algo muy curioso también sobre la estatuilla como su guardarropa. En el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis, una túnica que fue la primera de los 650 trajes que han ido regalándole los presidentes de gobierno que han visitado Bruselas. En el Museé de la Ville, situado en la Maison du Roi, se pueden ver los trajes que forman el vestuario, cientos de trajes regionales con un pequeño tamaño, o algunos aún más curiosos como un traje de torero o de Elvis. En determinadas ocasiones a lo largo del año el Ayuntamiento disfraza a la estatua. Una vez visto fuimos a visitar a su réplica femenina, el Jeanneke Pis. Esta estatuilla es mucho más moderna que el niño original. La niña se encuentra en cuclillas protegida por unas rejas. Fue creada en el año 1987 por encargo del dueño de un restaurante. Continuamos y entramos a la galerías reales St Huber, las primeras galerías comerciales de Europa y que siguen siendo las más elegantes. Están divididas en 3 partes: la Galería de la Reina, la Galería del Rey y la Galería de los Príncipes. Caminamos bajo la gran vidriera que la cubre observando los diferentes escaparates decorados con todo lujo de detalle; joyerías, chocolaterías, tiendas de moda, restaurantes y cafeterías de calidad.
Palacio Real
St. Jaques Sur Coundenberg con la estatua de Godofredo de Bouillon
 
Catedral de Saint-Michel et Sainte-Gudule
Como ya se nos hizo tarde fuimos a cenar a un pequeño restaurante que estaba apartado de la zona turística, y donde pude probar la famosa olla de mejillones al vapor. Alguna cervecita y ya tarde, camino del hotel, subimos al palacio de justicia, uno de los edificios más grandes e impresionantes que se pueden contemplar en Europa. Hoy en día continúa siendo la sede de los tribunales de justicia de Bélgica que se encuentra en la zona alta, y desde allí observar las vistas de la ciudad de noche, viendo al fondo totalmente iluminada la basílica del Sagrado Corazón, la cuál no dió tiempo de ver. Una vez visto todo esto, tomamos camino del hotel a prepararnos para una nueva jornada del viaje.

Si quiere leer el diario completo de viaje vaya a "tour por Bélgica y Holanda"

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